Duéleme hasta la asfixia
Duéleme hasta la octava lágrima
Duéleme hasta el millón de lágrimas
Duéleme hasta la carcajada
Duéleme no en la penumbra
sino en pleno cenit
Duéleme en la angostura
de mis ganas de dolerte
y expándelas, agigántalas
porque yo
necesitaré dolerte
hasta ennegrecer de pudrición tus heridas
Duéleme hasta la desnudez
Duéleme hasta el vacío
Duéleme, hasta el placer de dolerte yo a ti
Duéleme hasta la razón
Duéleme en la razón
Y más allá de la razón
Duéleme, hasta convertirme en herida
abierta, sangrante, permanente
Duéleme hasta el sudor
Duéleme hasta la infancia
Duéleme, hasta el dolor de tus ojos mirándome
Duéleme hasta el orgasmo
Duéleme entre la gente
Duéleme hasta el hastío
Duéleme complejamente
Duéleme hasta el descanso
Duéleme sin saberlo
Duéleme por capricho
Duéleme con tu abrazo
Duéleme con palabras
Duéleme a intervalos
Duéleme sin tapujos
Duéleme en la alegría
Duéleme a contra luz
Duéleme contra el viento
Duéleme en mi ausencia
Duéleme frente a todo
Duéleme hasta el retorno
Duéleme hasta el absurdo
Duéleme en el misterio
Duéleme hasta el olvido
Duéleme en la inconstancia
Duéleme en los rincones
de mi alma encubierta
de secretos dolores
Duéleme sobre esta lengua itinerante
cuando humedezca tu sensualidad encabritada
tu suavidad encabritada
tus ojos encabritados
Duéleme sumergida
en minutos incontables
de esperar angustiosa
tu impertérrita presencia
Duéleme en la lujuria
Duéleme en lo intocable
Duéleme hasta el traspaso
de mi dolor a otra carne
Duéleme en el dolor escrito
descrito, transcrito
Duéleme hasta el quejido
Duéleme sin aviso
Duéleme sin permiso
Duéleme hasta la pérdida de consciencia
Duéleme hasta la sobredosis
punzante y omnipresente
del dolor acumulado
del dolor perdurado
y mil veces acrecentado
Duéleme en el suspiro
Duéleme en la exhalada
Duéleme en tu presencia
Duéleme a ojos cerrados
Duéleme en el recuerdo
Duéleme en la mirada
Duéleme a escondidas
Duéleme por si acaso
Duéleme en la esperanza
Duéleme hasta el insomnio
Duéleme hasta el desborde
Duéleme abruptamente
categóricamente
Y salvajemente
Duéleme lentamente
Insondablemente
E inesperadamente
Duéleme hasta el desquite
Duéleme como quieras
Y cuanto quieras
Pero, duéleme convencido
De que este dolor
es infinito.
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